La pila se enciende el mes de octubre y a lo largo de estos días siempre hay un carbonero día y noche, que vela para que la combustión sea la correcta. Los carboneros, sin embargo, pasan pocas horas solos. Durante el día se acercan muchas personas y grupos escolares, y por la noche también hay bastante ambiente. Incluso hay gente que decide acampar y pasar la noche junto a la pila. También hay que decir que hay quien aprovecha la excusa para comer y hacer xefla en un entorno natural privilegiado.
Lo que comenzó en un primer momento siendo una actividad de marcado carácter pedagógico y antropológico, a la vez que lúdico, se ha convertido en uno de los actos festivos y culturales más singulares del municipio. Desde este rincón de las Gavarres se ha recuperado la memoria de un oficio perdido, el de carbonero.
El escenario de ésta exitosa fiesta, que desde un primer momento atrajo numerosos visitantes, fue cambiando hasta que en 1996 se empezó a hacer en Forallac, en el paraje conocido como el Sobellàs, de San Clemente de Peralta , una de las últimas plazas carboneras del macizo. Desde un primer momento, los responsables de la organización de la carbonera han sido la Asociación de "Amics del Cau dels Pins", de Sant Climent y Santa Susanna de Peralta, que han contado con el apoyo del Ayuntamiento.
Durante estos días, además, se organizan actos paralelos, vinculados con la difusión del patrimonio natural, patrimonial y humano, del macizo de las Gavarres. Todo ello convierte estos días el Sobellàs en el epicentro de la actividad lúdica y cultural del municipio, y en uno de los lugares de la comarca más concurridos.