La facilidad de acceso, el buen clima, la singularidad de los acontecimientos populares, la riqueza del patrimonio histórico y cultural y el amplio abanico de actividades que ofrece la zona, hacen del pueblo de Peratallada, un lugar ideal para pasar unas buenas vacaciones ya sea en pareja, con amigos, con familia o de manera individual. Aparte de sus atractivos arquitectónicos e históricos, la ciudad es reconocida por su importante oferta artesanal y sobre todo gastronómica. Los callejones del núcleo están llenos de numerosos y sugestivos restaurantes de todo tipo, que ofrecen el complemento idóneo a una visita al pueblo.
La villa, declarada conjunto histórico-artístico y bien cultural de interés nacional (BCIN), es uno de los núcleos más importantes de Catalunya en cuanto a arquitectura medieval. De un extraordinario atractivo y belleza, conserva su antiguo aspecto feudal, con calles estrechas y tortuosas, con numerosos entrantes y salientes. El recorrido por el pueblo permite descubrir diferentes puntos de vista del castillo-palacio y las murallas y un conjunto de arquitectura popular. La población se encuentra asentada toda ella, sobre la roca de gres, trabajada de diversas maneras. No hay duda de que lo más impresionante son llas murallas y el foso excavado en la roca.
Así pues el significado del nombre de Peratallada es evidente para el que visita la población. Peratallada fue una de las poblaciones catalanas más bien fortificadas. El sistema defensivo era formado por tres recintos de muralla (el principal con el castillo en el centro y otros dos que estaban en el norte y levante) protegida por el fosado excavado en la roca. La parte visible de éste, tiene una profundidad de unos 7 u 8 metros. Destaca el castillo fortificado con su torre del Homenaje y el palacio (s. XI-XIV), las murallas (s. XII-XIII) y la iglesia de Sant Esteve (románica de principios del siglo XIII). Un hecho curioso y que hay que destacar es que Berenguer de Cruïlles (1310 - 1362), obispo de Girona y primer presidente de la Generalitat de Cataluña era natural de esta población.
El castillo de Peratallada, alrededor del cual quedó resguardada la población, fue el centro de la baronía que pertenecía a dicho linaje de los Peratallada, documentados desde el siglo XI. El castillo se comprueba que existía en 1065, pero algunas estructuras arquitectónicas parecen demostrar que en este núcleo ya hubo una fortaleza más antigua.
El montículo rocoso se levanta 4 o 5 metros sobre el terreno que lo rodea. Encima despega el gran castillo, con su característica torre del Homenaje, y el magnífico palacio, orientado a levante, que da a la Plaza del Castillo. También se pueden ver restos de almenas (espacio para defenderse entre la piedra maciza) que dan un gran atractivo y misticismo a la construcción. La alta torre del Homenaje, la seña de identidad del pueblo, es de planta rectangular, coronada por almenas cuadrados. Tiene una puerta adintelada y tenía un piso intermedio de madera. Fue construida con hiladas de sillares escuadrados.
El topónimo Petra Scissa o Petra Tallada está documentado, al parecer, partir del siglo X. Más adelante el nombre aparece referido con pocas modificaciones bien al pueblo o los diferentes personaje del linaje de los Peratallada, que con el tiempo se convirtió en una de las más importantes de raíz bajo-ampurdanesa. Así, por ejemplo, el 1062 hay mención de un Bernardi de Patra Taliada, en 1065 aparece el Castro de Petra Taliata. El 1088 encontramos escrito Petrataliata, el 1111 Petra Taliata, en 1112 Petra talados, el 1128 Petra Incisa y Patra Taiat, en 1143 Petra tayada, en 1169 y 1173 Petra incisa, en 1202 y 1222 Petricissa, etc ...